miércoles, 29 de junio de 2011

Lo que tendría que haber cambiado, no cambió nada. Sigue exactamente igual que como empezó todo. Por cada paso que damos, retrocedemos dos; siempre fue así. ¿Por qué debería sorprenderme?
Algo oprime mi interior. Me revuelve el estómago, me aplasta los pulmones y me estruja el corazón. Algo que desde hace tiempo esta dentro de mi, algo monstruoso, que cuando mi mente se llena de vos, entra en acción. Me hiere desde adentro, me desgarra con sus uñas alargadas y finas, me devora las entrañas, y bebe mi sangre. Mi corazón late tan mecánicamente que ya no se acelera por nada. El tiempo pasa, y, poco a poco, el monstruo en mi interior se lleva todo de mí; hace tiempo que estoy muerta pero sigo respirando. 

Dentro de poco, ya no quedará más nada y sólo existirá la corteza de lo que alguna vez sonreía al verte.